martes, 26 de febrero de 2013

El regreso de Wiracocha

Atawallpa (Atahualpa) envió al Cusco un mensajero con órdenes para sus generales de quitarles la vida a todos los miembros de la panaca de Waskar (Huáscar). Se colocaron grandes estacas en el camino de Jaquijahuana, se sacó de la prisión a todas las mujeres del Inca prisionero y se les ahorcó en aquellos postes con sus hijos. A las que estaban embarazadas, antes de morir se les abrió los vientres para que los fetos cayeran al suelo y una vez caídos de los ataban a los brazos. Las crónicas afirman que de esta y otras formas mataron a más de 80 hijos e hijas de Waskar; ahorcaron también a los hermanos que le habían sido fieles; también fueron prisioneros y ahorcados los orejones y pallas que lo secundaron. El perdón que los generales quiteños dieron en nombre de su señor no tuvo ningún efecto. Entre deudos y criados del desventurado Waskar, los muertos pasaron el millar y medio.


Pero ni aún con esto la sed de sangre se calmó, los quiteños mostrando su odio hacia el primer conquistador de Quito, saquearon el palacio de Thupaq Yupanqui y llevando su momia a un despoblado, le prendieron fuego hasta reducirla a polvo. Los servidores de la momia fueron victimados; también los cañaris y chachapoyas que estaban en el Cusco no corrieron mejor suerte.

La mayor parte de estas muertes se efectuaron en presencia del mismo Waskar, al que sacaron de su celda para que sufriera contemplando cada ejecución. A pesar de ello, el Inca jamás dirigió palabras contra ellos; presencio la masacre de esposa Coya Miro la cual tenía un hijo de Waskar en sus brazos y otro a cuestas, al mismo tiempo también tuvo que soportar el asesinato de su hermana Chimbo Cisa; fue entonces que el maniatado prisionero no soportó tan horrendo crimen dijo: "Pachayachachi Wiracocha, tú que por tanto tiempo me favoreciste y me honraste y diste ser, haz que quien así me trata se vea de esta manera y que en su presencia vea lo que yo en la mía he visto y veo."
Luego de esas palabras casi proféticas entró al Cusco un mensajero de Atawallpa (Atahualpa) con una noticia increíble: En la costa de Puerto Viejo había aparecido un dios; Waskar miró al cielo agradecido y creyó en la justicia divina. Por su parte Quisquis y Calcuchímac quedarían pasmados de estupor y aferrándose a las ropas del mensajero lo instarían a contar lo sucedido. El emisario añadiría solamente que por noticias enviadas por los curacas tallanes de Tumbes, Poechos, Paita, Amotape, Catacaos y otros lugares se sabía que procedente del mar había surgido una legión de dioses y el mayor de ellos los tallanes creían que era Wiracocha. Los curacas insistían en que el dios Wiracocha y sus acompañantes habían salido del mar a la altura de Puerto Viejo, región donde las antiguas tradiciones religiosas que el mismo dios desapareció. Se trataba, pues, del retorno del hacedor de todo lo creado y no era demasiado aventurar que volvía a la tierra para bendecir el reinado de Atawallpa.
En el colmo de la felicidad, Atawallpa había despachado emisarios a los curacas tallanes, dándoles gracias por el aviso y mandándoles que lo informen de todo lo que sobre aquel caso sucediese. 
Por la noticia, Quisquis y Calcuchímac quedaron convencidos que con Atawallpa comenzaba una edad dorada, y tratando de borrar toda huella del tiempo anterior quemaron en el Cusco todos los quipus que hablaban de las hazañas de los Incas precedentes. La verdadera historia del mundo empezaba con Atawallpa.
Mientras el Inca victorioso que se encontraba en Huamachuco gastaba los días en planear el recibimiento de su divino huésped, Waskar con los hombros agujereados por las cuerdas que lo mantenían preso, susurraba en la oscuridad de la noche: "Apoc Pachayachachiz Wiracocha Ticci...permite que el dolor que a mí en este punto me lastima, lastime con igual dolor a los ejecutores de tantas crueldades."



lunes, 25 de febrero de 2013

Huáscar y Atahualpa: La caída del Imperio Inca

Topa Cusi Huallpa, hijo de Guayna Qhapaq, nació en el pueblo de Huascarquiguar o Huascarpata, al sur del Cusco, donde lo trajo al mundo su madre Mama Ragua, segunda esposa del soberano Inca. Cuando se hizo cargo del imperio no era un hombre inexperto, ya que por reemplazar a su predecesor en el Cusco durante su larga ausencia, había adquirido una extraordinaria experiencia en la administración estatal. Desde aquel día tomó el nombre de huáscar (Waskar), en recuerdo del lugar donde nació.




Inició su mandato gobernando a todo el imperio y no a la mitad como se cree. Desde un comienzo, también todos le reconocieron como Sapainca, inclusive Atahualpa (Atawallpa), quien se encontraba en los confines septentrionales del Chinchaysuyu, desde donde pidió a Huáscar el nombramiento de Incap-rantin de Quito y su área de influencia, es decir, el título de representante de Huáscar. Todo ello debió ocurrir entre 1527-1528.

Huáscar se casó con Choque Huipa Coca y a lo lado de su reinado quiso seguir aplicando la política de su padre. Fue piadoso y clemente con los que le escuchaban y obedecían, en tanto que cruel e impulsivo con los que desacataban o querían desacatar sin tener en cuenta que fueran o no sus parientes, sabía mostar tolerancia cuando las circunstancias las requerían. Los primeros años de su mandato fueron de paz y tranquilidad.
En su tiempo ya no restaba casi nada por conquistar. Las etnias que rodeaban las fronteras imperiales de conformidad a los criterios de economía política de los hanan y hurincusco no valían la pena anexarlas debido al bajísimo nivel económico-social; incorporarlas más bien significaban un tremendo gasto para el erario estatal. De ahí que solamente realizó dos expediciones, una a Pomacocha y Honda, al noroeste de Chachapoyas, encargándola a Chuquisguaman, a Tito Atauche y al Tucricut Runto de Chachapoyas.
Invadieron y conquistaron los respectivos señoríos de Pomacocha y Honda, mientras Atahualpa hacía una incursión contra los huancavilcas y punaneños que se negaban a pagar sus parías (sal y caracolas), sofocándolos con celeridad y facilidad, por lo que regresó a Quito en son de triunfo. Para invadir y conquistar el valle de Moxos envió a su hermano Manco Inca Yupanqui.
Pero su tiempo también, desde un comienzo, tuvo que dedicarlo a otras cosas: debelar sediciones y conjuras tejidas en su contra por opositores que pretendían el cargo de sapainca. Los que iniciaron la subversión en el Cusco fueron sus hermanos Chuquisguaman y Conono, quienes anhelaban colocar como sapainca a otro hermano suyo: Cusi Atauchi, hombre de estimación general en la capital del Tawantinsuyu. Pero no pudieron efectivizar nada porque el mismo Chuquisguaman, arrepentido y miedoso delató a sus hermanos. El resultado fue la veloz ejecución de Conono y Cusi Atauchi, para cortar la propagación de la conjura. Hizo lo posible para poner calma a las rivalidades existentes entre los hanan y hurincusco; pero la sublevación más tremenda que tuvo que afrontar fue la de su otro hermano, Atahualpa, quien contaba con la inclinación, afinidad  y simpatía de los cayambes, carrangues, pastos y de los entrenados mitmas residentes en Quito y Carangue.

Huáscar empezó a desconfiar de todos, inclusive de los que tiempo antes llegaron al Cusco trayeron la momia de Guayna Qhapaq. Los creyó cómplices de ocultos y remotos preparativos desestabilizadores de Atahualpa; los hizo apresar y torturar para obtener declaraciones, pero al no sacar ninguna revelación ordenó matarlos. Tal actitud fue motivo para que le quitaran su confianza los hanancusco, cuyo linaje pertenecían los ejecutados, entre ellos algunos de gran influencia. Con todo esto condujo su gobierno sin brillo ni popularidad.

La guerra subversiva de Atahualpa fue provocada única y exclusivamente por las ansias de poder, una más en la historia de la etnia Inca. Para alcanzar sus designios consiguió el favor de los pastos, carangues y cayambes, aprovechando la escondida oposición de estos pueblos hacia los cusqueños, quienes años anteriores habían asesinado a sus padres y abuelos en Yaguarcocha. Los convenció para tomar la revancha y venganza por la horrenda masacre dirigida y presenciada por Guayna Qhapaq. Para lograr sus fines, adujo que su madre había sido la reina viuda de Carangue, con lo que fue factible convencerlos. También logró el apoyo de los mitmas acantonados en Quito y Carangue. La beligerencia fue declarada cuando Atahualpa se negó a viajar al Cusco, desoyendo una orden de Huáscar.

Iniciada la contienda, Huáscar confió la primera campaña  a su hermano Atoc, que derrotó a Atahualpa en la batalla de Mocha, pero sin lograr hacerlo prisionero. Atahualpa prosiguiendo la lucha, ganó en la subsiguiente batalla de Ambato o Mulliambato, en la que aprendieron a Atoc. Tal acción de armas determinó que los efe tivos huascaristas fueron puestas bajo el comando del príncipe Huanca Auqui, quien sufrió reveses tras reveses en Rumichaca y Mullituro, motivando su angustiosa contramarcha a Tumebamba y Cusibamba.
Aprovechando una tregua, Atahualpa invadió y conquistó espectacularmente a los servícolas septentrionales de Quijos, Maspa, Tosta y Cosanga y poco después a los Yumbos. Lo que impulsó a Huanca Auqui para que atacara sin fortuna a lo pacamoros y huambucos, quienes lo desbarataron en los combates de Callanga y altos de Huambuco; regresó totalmente desmoralizado.
Reiniciada la lucha entre los bandos de Huáscar y Atahualpa, las victorias campales unas tras otras fueron obtenidas por los atahualpistas gracias a la destreza de sus generales Quisquis y Chalcochimac; ellos permitieron que Atahualpa avanzara triunfalmente hasta Huamachuco, donde destruyó el templo del dios Catequil y persiguió al sacerdocio de éste por haberse equivocado en sus augurios. De allí mismo hizo una expedición punitiva hasta Pipos, en Chachapoyas, debelando una sublevación. De regreso se quedó a descansar en los baños termales de Pultamarca, que se encuentra en la actual región de Cajamarca. Entre tanto sus tropas continuaban invictashasta tomar y avasallar el Cusco.
La derrota de Huáscar fue integral, hecho que coincidía con el arribo de los españoles al mando de Francisco Pizarro a Cajamarca; llacta a la que tomaron prisionero a Atahualpa.

Los mitmas radicados en Quito con los cayambes, carangues y pastos diezmaron a casi toda la familia de Huáscar y Thupa Yupanqui. Perpetraron destrozos increíbles en el Cusco; unicamente respetaron el Acllawasi y el Coricancha. De las momias incas, la de Thupa Yupanqui fue denigrada y quemada. Huáscar que había perdido en la batalla de Cotabamba fue sometido a burlas y torturas. Sus esposas e hijos eran asesinados y desmembrados en su presencia; incluso su personal de servicio. Todos los que simpatizaban con Huáscar eran perseguidos, colgados y desviscerados, exhibiendo sus cadáveres desde Jaquijaguana al Cusco. Así fue que los cayambes, carangues y pastos se vengaron de la hecatombe de Yaguarcocha.
En la forma más indigna que pueda imaginarse, Huáscar fue llevado con las manos amarradas a la espalada jalándolo por medio de cuardas atadas en su cuello para estar ante la presencia de Atahualpa.

Pero no pudo comparecer frente a él, porque el Inca ya hecho prisionero por los españole ordenó asesinarlo en el paraje de Andamarca, al suroeste de Huamachuco, en la hoy provincia de Santiago de Chuco; dicha orden fue cumplida tirando los restos mortales de Huáscar al río Yanamayo; evitando que se aliara con los españoles. Pero pocas semanas después los propios españoles lo sentenciaron a ser quemado vivo, aunque Atahualpa consiguió que se le conmutara con la del garrote, a cambio de que se bautice, ceremonia en la cual se le dio el nombre de Don Francisco, en homenaje a su padrino: Francisco Pizarro. Lo mataron en Julio de 1533, en la llacta de Cajamarca, donde sus verdugos lo enterraron en una iglesia católica que habían hecho construir. Su cadáver fue exhumado por los cayambes, carangues y pastos, los cuales, por disposición de Quisquis.


Así acabó el Imperio del Tawantinsuryu, asumiendo el mando y poder Francisco Pizarro, que con ayuda de muchas etnias que ilusoriamente se imaginaban ver en él un aliado para restaurar la autonomía de sus señoríos y reinos que antaño fueron sometidos por la etnia inca.
Sentimientos y resentimientos que el invasor hispano supo explotar sacando ventajas políticas y militares. Es que éstos no venían a liberar pueblos, sino a implementar el colonialismo y la dependencia extranjera en las tierras que fueron del Tawantinsuyu.

sábado, 23 de febrero de 2013

África, los africanos y la trata de esclavos

A medida que el Atlántico Sur prosperaba el  sistema reforzada en europea, se impone costos enormes en África Occidental y Central. Entre 1550 y 1870, el comercio de esclavos en el Atlántico arrancaron casi once millones de africanos, agotando muchos países al sur del Sahara de las personas y de la riqueza. Igualmente importante, el comercio de esclavos cambiado la sociedad africana. Al dirigir el comercio fuera de las sabanas y el mundo islámico a través del Sahara, el comercio de esclavos en el Atlántico disminuye la vitalidad económica y cultural de muchos estados del interior y los pueblos. También llevó al crecimiento de militaristas Estados centralizados en las zonas costeras y el uso de los fabricantes europeos y los textiles indígenas de todo el continente.


África y la trata de esclavos del Atlántico, 1700-1810


La selva tropical de África occidental fue el hogar de decenas de pueblos y decenas de reinos. Algunos reinos convirtió en esclavos agresivos. Ejército de Dahomey, por ejemplo, se apoderó de decenas de miles de prisioneros en las guerras con los pueblos vecinos y los vendían a los comerciantes europeos. Alrededor del 15 por ciento de los prisioneros murieron durante la travesía agotadora, el viaje transatlántico entre África y las Américas. La mayoría de los supervivientes trabajaban en las plantaciones de azúcar en Brasil y las Antillas británicas y francesas.


La guerra y la esclavitud había sido una parte integral de la vida africana durante siglos, impulsado por los conflictos entre los numerosos estados y grupos étnicos. Pero el sistema del Atlántico Sur aumentó drásticamente la demanda de mano de obra africana, y las guerras esclavistas se convirtió en una táctica favorita de reyes y caudillos ambiciosos saqueo. "Cada vez que el rey de Barsally quiere Bienes o Brandy", señaló un observador, "el rey va y saquea algunas de las ciudades de sus enemigos, apoderándose de las personas y la venta de ellos." Alimentando el comercio del Atlántico se convirtió en una forma de vida en el África Occidental estado de Dahomey, donde la casa real monopolizaban la venta de esclavos y utilizado armas europeas para crear un despotismo militar. Ejército de Dahomey, que incluía un contingente de 5.000 mujeres, de manera sistemática allanó el interior de los cautivos, y entre 1680 y 1730, Dahomey exportan anualmente 20.000 esclavos exportados desde los puertos de Allada y Whydah. Los reyes Asante a lo largo de la Costa de Oro también se utilizan armas de fuego europeas y el comercio de esclavos para expandir su dominio político durante la década de 1720. La conquista de los estados vecinos a lo largo de la costa y los reinos musulmanes en la sabana, crearon un imperio próspero de tres millones cinco millones de personas. Sin embargo, la participación en el comercio atlántico sigue siendo una opción para los africanos, no una necesidad. El poderoso reino de Benin, famosa por sus bronces del elenco y marfil tallado, mantuvo sus muchos esclavos para el trabajo en casa y, por un tiempo, prohibió la exportación de todos los esclavos, hombres y mujeres.

El comercio de seres humanos producen miseria indecible. Cientos de miles de jóvenes africanos murieron y más millones soportaron una vida brutal en las Américas. En la misma África, las divisiones de clase se endurecieron como personas de noble cuna esclavizados y vendidos los de menor estatus.
Las relaciones de género cambió también. Los hombres constituyen dos terceras partes de los esclavos enviados a través del Atlántico porque plantadores europeos pagaron más por "los hombres y los niños varones fuertes" y porque los africanos cautivos vendido mujeres en los mercados de esclavos locales o al sur del Sahara como trabajadores agrícolas, sirvientes y concubinas. El desequilibrio resultante sexual se le solicite a los hombres a tener varias esposas, cambiando el significado del matrimonio. Por último, la expansión del comercio atlántico aumentó la extensión de la esclavitud en África. Sultan Ismail Mawlay de Marruecos (r. 1672-1727) poseía 150.000 esclavos negros, obtenidos por el comercio de Tombuctú y por las guerras en Senegal. En África, como en América, la esclavitud erosionado la dignidad de la vida humana.

Los africanos vendidos en el  Sistema Atlántico Sur tuvo el más sombrío destino. Arrancado de sus pueblos, que fueron llevados en cadenas a los puertos costeros. A partir de ahí, hicieron la travesía peligrosa hacia el Nuevo Mundo en los buques horriblemente atestados. Los cautivos tenían poco para comer o beber, y algunos mueren por deshidratación. Las heces, orina y vómito bajo cubierta se le solicite peligrosos brotes de disentería, que se llevó más vidas. "Yo estaba tan abrumado por el calor, el hedor y el aire fétido que casi me desmayé", informó un médico europeo. Algunos esclavos saltaron por la borda, eligiendo a ahogar en lugar de soportar más sufrimiento. Otros protagonizaron revueltas violentas. Levantamientos de esclavos se produjo en 2.000 viajes, aproximadamente una de cada diez pasajes del Atlántico. Cerca de 100.000 esclavos murieron en estas insurrecciones, y más de un millón de otras personas - alrededor del 15 por ciento de las personas transportadas - murieron de enfermedades como la disentería y la viruela en el viaje de un mes de duración.

Para aquellos que sobrevivieron a la travesía del Atlántico, las cosas sólo empeoraron. La vida en las plantaciones de azúcar en el noroeste de Brasil y las Antillas fue una lección de explotación implacable.
Los esclavos trabajaban diez horas al día bajo el sol subtropical caliente; dormían en chozas endebles, y vivía en una dieta de almidón de maíz, ñame y pescado seco. Fueron sometidos a una disciplina brutal: "El temor del castigo es el principio [utilizamos]. . . para mantenerlos en el temor y el orden ", declaró un plantador. Con altos precios del azúcar y el costo de los esclavos bajos, muchos plantadores simplemente trabajaban sus esclavos hasta la muerte y luego comprar más. Entre 1708 y 1735, los plantadores británicos en Barbados importó cerca de 85.000 africanos, sin embargo, la población negro de la isla aumentó sólo 4.000 (de 42.000 a 46.000). La afluencia constante de nuevos esclavos mantenía a la población negro a fondo "africano" en sus lenguas, religiones y culturas. "Aquí", escribió un observador de Jamaica, "cada nación diferente de África se encuentran y bailan a la manera de su propio país. . . [y] conservar la mayor parte de sus costumbres. "

jueves, 21 de febrero de 2013

Sacsaywaman y el Coricancha: Los templos más apreciados por el Imperio Inca

Entre las construcciones más imponentes del Tawantinsuyu figuraba Sacsaywaman, llamada popularmente "fortaleza", pese a que, como dice Pedro Cieza de León, fue un templo dedicado al Sol, si bien construido con magnitudes monumentales que a los españoles les pareció fortaleza, dándole este falso nombre con el que ha quedado hasta hoy. Dicha obra fue para ser utilizada como defensa en ocaciones de emergencia. Por eso comprendía varios arsenales, casernas, terrazas, murallas, escalinatas y una torre de cuatro a cinco pisos, en la que 5 mil guerreros podrían dar vitalidad a una guarnición y soportar una largo asedio. Es integramente una obra de piedra, muchas de proporciones colosales que superan las 80 toneladas de peso. El que inició su edificación fue Thupa Yupanqui, terminándola después de 20 años gracias a la persistente labor de 20 a 30 mil mitayos: una mano de obra aportada por la totalidad de las etnias, que por turno enviaban a sus trabajadores.


A la par de Sacsaywaman, otro edificio impresionante por su imponencia y riqueza era el Coricancha, uno de los dos templos más venerados por la etnia Inca, por estar dedicado a su progenitor mitológico: el dios Sol. El recinto de forma rectangular tenía un área de 400 pasos de perímetro. Su arquitectura, de pura piedra perfectamente tallada y ajustada, no conocía de mezcla alguna. Lo que allí deslumbraba era su opulencia en oro. En su interior se veía una cornisa de dicho metal de cuatro palmos de ancho. Sus puertas también estaban revestidas con el mismo metal y aledaño se contemplaba un jardín, en donde las plantas, sobre todo el maíz, se moldearon en oro y plata simulando su tamaño natural e incluyendo las efigies de jardineros y de otros cuidadores. También se podían apreciar 20 llamas bañadas en oro de tamaño natural. En el interior del jardín se levantaban cuatro santuarios con sus muros interiores y exteriores tapizados con placas de oro. El santuario principal tenía en el testero mayor la imagen del dios Sol y a los sus lados se conservaban las estatuas de los sapaincas hechas con arte exquisito (huaoquis), sentados y vestidos con trajes como los que habían usado en vida; también con sus joyas, e incluso los cabellos y uñas de los soberanos que representaban. Solamente la estatua de Guayna Qhapaq estaba colocada frente a frente del ídolo del Sol., por considerar que había sido su hijo más dilecto. Los otrtos santuarios estaban consagrados a la Luna, Rayo, Arco Iris y a la estrella Venus.

Cusco: La ciudad cosmopolita de los Incas

El poder imperial geográficamente, tenía un territorio fijo: el valle del Cusco, en uno de cuyos puntos, más o menos céntrico, se erguía la Llacta (ciudad) de igual designación. Como la aldea databa de tiempos muy antiguos, de fechas anteriores a Manco Cápac (Manko Qhapaq), cuando ni tenía el nombre de Cusco sino el de Acamama, asiento de los remotos y pequeños señoríos de Hualla, Sahuasera y Antasayac.


Pero desde la década de 1430-1440, en que fue fundado el Imperio por Pachacuti, aquel poco pintoresco villorrio fue transformado en un amplio, hermoso e imponente asentamiento urbano que se hizo merecedor al calificativo y sobrenombre de Jatun tupac llacta. Desde entonces no solo iban a vivir allí individuos pertenecientes a la nobleza etnica Inca, sino una multitud de mitayos llevados a todos los señoríos y reinos conquistados y anexados para que trabajaran en obras de construcción, canalización, sembrío, crianza de animales, labores domésticas, etc. Llegó a ser, por lo tanto una llacta "cosmopolita", donde a los extrnajeros fácilmente se les reconocía, porque nadie podía cambiar ni alterar sus insignias nacionales, simbolizados en el color y forma de los tocados. Es posible que durante su esplendor haya albergado entre 60 y 100 mil habitantes.

Cusco fue el nombre impuesto a raíz del arribo de los Antasayas, en directa alusión a la tarea que tuvieron para desecar y nivelar su terreno pantanoso y pedregoso. Al crearse el imperio y ser convertido en el corazón y cerebro de tan extenso territorio, muy pronto el Cusco adquirió otra acepción y significado: ombligo del mundo, es decir del mundo dominado por la etnia Inca. Por lo cual no estaban errados, porque toda capital de cualquier Estado centralista y despótico constituye el lugar donde se imparten y disponen la política económica, social, militar e ideológica, convirtiendo a sus moradores en el eje del funcionamiento del cosmos.

Su plano simulaba la silueta de un puma o león americano, cuya cabeza se hallaba la ciudadela de Sacsaywaman y la cola en la confluencia de dos ríos que atravesaban la llacta, uno de ellos el Huatanay. Su trazo y su distribución figuraban un verdadero Tawantinsuyu, de modo que sus espacios fueron dejados para distribuirlos entre los mitmas o extranjeros que arribaban a ella, pero racionalizados y planificados de tal manera que guardaban la misma distribución y posición de cada etnia en la geografía incaica. Al ser cuatro los suyus del imperio y cuatro los barrios de la llacta, cada grupo de mitmas ocupaba el sector que le correspondía.
A los ídolos o huacas de cada etnia se los tenía reunidos en un santuario ad hoc. Y como es de imaginar, cada curaca principal de cada uno de los diversos señoríos y reinos tenía edificada su casa en ese sector señalado a sus mitmas. Allí se alojaba cuando llegaba al Cusco a visitar al Sapainca, y allí vivía el heredero del cacicazgo cuando paraba en la corte imperial. Como la tierra y los aposentos de los mitmas guardaban una distribución que dependía de la cronología en que fueron conquistados, con solo ver su ubicación bastaba para conocer la historia de la expansión del imperio. He ahí por qué se le consideraba una llacta cosmopolita. Deambulando por sus calles y plazas; hombres y mujeres pertenecientes a todas las etnias incorporadas al Tawantinsuyu, luciendo sus tocados nacionales y hablando en sus idiomas o dialectos.
Sin que aquello significase de que se hubiera convertido en un crisol de pueblos, por la simple razón de que la endogamia lo impedía, igualmente los conceptos del ius sanguinis y mecansimos de la descendencia paralela.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Los augurios del final del Imperio Inca

Guayna Qhapaq luego de consolidar la obra de sus antepasados había llevado el Imperio a su máximo esplendor. Ahora con la definitiva conquista. Con la definitiva conquista del reino de Quito, su poder se extendía de la selva al mar y del Ancasmayo al Maule. Con razón lo llamaban hijo del Sol, Señor de las Cuatro Partes del Mundo y Ordenador de la Tierra.

Estando en los últimos años de su vida, cuando después de un larguísimo gobierno, acontecieron sucesos muy extraños que amargaron el final de su reinado. Comenzaron estos hechos misteriosos con la aparición de unos hombres que tenían el rostro blanco y mucho cabello alrededor de la boca, los cuales cubrían su cuerpo con deslumbrantes atuendos de metal. Venían navegando la costa con dos enormes balsas con muchas velas, no usaban remos alguno para virar su embarcación y lo primero que hacían al pisar tierra era buscar oro. El Inca al saber de su presencia les envió ciertas muestras de grueso y amarillo cori, pero cuando los portadores del dorado obsequio llegaron a la costa ya habían partido los extraños visitantes y por más que hicieron no los pudieron alcanzar.
Guayna Qhapaq debió quedar meditabundo, la tierra era más grande de lo que él creía y además albergaba a varios pueblos exóticos. Ese mar del Contisuyu sabía demasiadas cosas, mas no las quería contar. Primero trajo su padre, Thupaq Inca hombres negros de unas islas y ahora vendrían estos hombres blancos en la misma dirección. El Inca percibía su curiosidad insatisfecha.

Cuentan que a partir de este momentos ya no quiso realizar nuevas conquistas, pero que en cambio pasaba muchos días vigilando el mar. Entre tanto mientras meditaba en ese lugar, llegó un mensajero del Cusco con una noticia funesta. Los orejones de la capital sagrada le neviaban decir que durante la fiesta del Sol, vieron venir por los cielos a un cóndor real perseguido por cinco o seis halconcillos que lo atacaban y no lo dejaban volar. El cóndor trató de librase de ellos, pero herido traidoramente por sus adversarios, se dejó caer sangrante en la gran Plaza del Cusco. Los orejones lo recogieron, mas de nada sirvieron sus cuidados porque a los pocos días murió. Consultado el hecho con los sacerdotes; éstos le interpretaron como un augurio del final del imperio.
Guayna Qhapaq se entristeció y consolándose con el pensamiento de que los tarpuntaes se hubieran equivocado, trató de olvidar el acontecimiento. Pero otro suceso funesto, también ocurrido en el cielo del Cusco, se le impidió. Este suceso se debió a la Luna, la divina Mama Quilla, que siempre se había mostrado esposa del Sol y madre generosa de los Incas. Contaban esta vez los orejones que estando una noche el firmamento claro, irrumpió la Luna a manera de mujer desesperada, mostrando tres divisiones en su interior. La primera era del color de la sangre, la segunda negra como la oscuridad, y la última grisácea, como el humo que subsiste a un gran incendio. Según los adivinos del Cusco, la guerra, el caos y la destrucción mejor no se podían anunciar. Y otra noche fue el propio Guayna Qhapaq que a través de una ventana divisó un gran cometa. Luego le comunicaron que sus últimos días de reinado ya no contaban con el favor de los dioses, porque una nueva enfermedad mortal empezaba a diezmar la población del Tawantinsuyu. Muchos pueblos estaban asolados, a los enfermos se les desfiguraba el rostro; más de 200 mil vasallos sucumbieron a la peste. El desconocido mal no perdonaba ni a los propios parientes del Inca. Sus hermanos Auqui Thupaq y Mama Coca habían caído fulminados, al igual que su tío Apo Ilaquita.

Deseoso de acudir en socorro de la capital sagrada, el Inca se aprestó a partir, iniciando su propósito con grandes ayunos y penitencias. Solo, sin beber sora ni comer ají, el soberano se dio a una complicadísima liturgia con miras de alcanzar el perdón para su pueblo. Encerrado en su habitación rezaba al Sol y a Wiracocha largamente. Un día durante sus arrebatos místicos entraron sorpresivamente tres nativos enanos, a los cuales nunca había visto.
Sorprendido se quedó mirándolos; los diminutos personajes le dijeron: "Inga, venímoste a llamar" y al instante desaparecieron. Guayna Qhapaq llamó entonces a sus guardias para reñirlos por haber permitido entrar a los intrusos, pero al preguntarles: "¿Qué de esos enanos que vinieron a llamar?", todos le contestaron: "No los hemos visto". El Inca sospechó lo sucedido y bajando la cabeza, resignado murmuró: "Morir tengo".

Efectivamente, llegado a Quito, le dio una enfermedad llamada viruela. El terrible flajelo traído a las costas del Imperio por los negros y españoles, había cobrado su más preciada víctima. Se enviaron mensajeros al Santuario de Pachacamac para preguntarle al ídolo hablador ¿cúal ?era la secreta medicina para curar al Inca; pero por le momento no hubo contestación.Guayna Qhapaq, ya postrado, dictó entonces sus últimas medidas de gobierno. Su hijo Ninan Coyuchi, sería el sucesor y en su defecto, Waskar (Huáscar).
Con la ceremonia de la Callpa de los dioses manifestarían su beneplácito. Los orejones corrieron al templo, varias llamas fueron muertas y en sus vísceras infladas trataron de leer si sería venturoso el próximo reinado. Pero los augurios en nada favorecieron a los príncipes elegidos por el soberano. Presurosos tornaron los nobles donde el Inca para que cambiara su decisión y nombrase a otro sucesor, pero ya el monarca estaba agonizando y su rostro, cubiertas de pústulas feísimas. tenían una monstruosa expresión.
Los orejones se acercaron para hablarle; pero el Inca ni siquiera se movió, tenía fija la mirada en el vacío.
Guayna Qhapaq había muerto, ahora nadíe podía cambiar la sucesión.

Mientras los orejones se cubrían la cabeza con el manto y las mujeres rondaban el cádaver tocando tamboriles, Cusi Tupaq, que tenía el cargo de Mayordomo Mayor del Sol; partío a Tumebamba a notificar a Ninan Coyuchi. Mas los dioses seguían molestos, pues llegado a la ciudad halló a Ninan Coyuchi muerto también víctima de la viruela. Sin perder tiempo volvió a Quito donde estaban los orejones celebrando los funerales del Inca. Halló al difunto momificado y revestido con sus galas imperiales. En torno a la momia, concubinas y criados lloraban por su señor y pedían ser enterrados vivos con él para servirlo en la otra vida.
La Coya, esposa legítima del Inca muerto, era una de las más atribuladas. Sentada y con la mirada en el suelo, no cesaba de llorar. Condolido con su llanto se le acercó y entonces, pretendiendo consolarla, le dijo una frase que iba a cambiar la historia del Imperio: "No estés triste, Coya, apréstate y ve al Cusco a decir a tu hijo Waskar como su padre le dejó nombrado por Inga después de sus días."

martes, 19 de febrero de 2013

Los primeros representantes del género Homo

Los conjuntos de herramientas era un buen lugar para buscar antepasados ​​humanos. Parte de lo que hoy es la Garganta de Olduvai era una vez un lago. Casi 2 millones de años, sus costas fueron habitadas por numerosos animales salvajes, incluyendo una variedad de bípedos. En 1959-cuando los Leakey encontró los huesos del primer espécimen de Australopithecus boisei robusta en asociación con algunas de estas herramientas y los huesos de aves, reptiles, antílopes y cerdos-que pensaban que habían encontrado los restos de uno de los fabricantes de herramientas. Los fósiles desenterrados unos meses más tarde y unos pocos metros por debajo de este primer descubrimiento los llevó a cambiar de opinión.

Estos restos fósiles consistió en más de un individuo, incluyendo a algunos huesos del cráneo, una mandíbula inferior, una clavícula, algunos huesos de los dedos y el pie casi completo de un adulto. Cráneo y fragmentos de mandíbula indicó que estos ejemplares representan un bípedo más grande de cerebro sin el aparato especializado de masticación de los australopitecinos robustos.
Los Leakey y sus colegas nombraron Homo habilis (en latín significa "hombre práctico") y sugirió que la herramienta en mano, H. habilis puede haber comido los animales y, posiblemente, tenía el Australopithecus boisei para el postre. Por supuesto, no se sabe muy bien si A. boisei de la Garganta de Olduvai llegó a su fin en esta forma, pero sí sabemos que las marcas de corte de una herramienta de piedra están presentes en un 2,4 millones de años de edad, hueso de la mandíbula australopithecine de Sudáfrica. 20 Así se hizo, presumiblemente, para eliminar la mandíbula, pero con qué propósito no sabemos. En cualquier caso, lo hace dar credibilidad a la idea de A. boisei en ocasiones son desmembrados por H. habilis.
Los trabajos posteriores en Olduvai ha descubierto no sólo más fragmentos de cráneo, pero en otras partes del esqueleto de H. habilis también. Desde finales de 1960, los fósiles del género Homo que son esencialmente contemporáneas con las de Olduvai se han encontrado en otras partes de África, como el sur de África, Etiopía y varios sitios en Kenia.
Las costas del este del lago Turkana, en la frontera entre Kenia y Etiopía, han sido especialmente rico en fósiles de los primero Homo. Uno de los mejores de estos fósiles, conocido como KNM ER 1470, fue descubierto por el hijo del Leakey 'Richard en Koobi Fora. (El stand KNM cartas para Kenya National Museum;. Urgencias, para el Este de Rudolf, el nombre para el lago Turkana durante la época colonial en Kenia) Los depósitos en los que se encuentran son alrededor de 1,9 millones de años, estos depósitos, como los de Olduvai, también contienen herramientas rudimentarias de piedra. El cráneo KNM ER 1470 es más moderno en la apariencia que cualquier otro australopiteco cráneo y tiene una capacidad craneal de 752 centímetros cúbicos (cc).
Sin embargo, los dientes grandes y la cara de este espécimen se asemejan a los australopitecos anteriores.

Desde este mismo lugar otro cráneo bien conservado desde el mismo período de tiempo (KNM ER 1813) posee una capacidad craneal de menos de 600 cc, pero tiene las características derivadas de un menor, la cara inferior saliente y dientes. A pesar de especímenes atribuidos a H. habilis generalmente tienen una capacidad craneal de más de 600 cc, la capacidad craneana de un individuo también está en proporción a su tamaño corporal. Por lo tanto, muchos paleoantropólogos interpretar KNM ER 1813 y ER 1470 como un archivo. Hembra y macho de una especie muy dimorfismo sexual, con la menor capacidad craneal de KNM ER 1813 un reflejo de su menor tamaño corporal.

Un esqueleto parcial del pie del Homo habilis (centro) se compara con los mismos huesos de un ser humano chimpancé (izquierda) y moderno (derecha). Observe cómo hueso H. habilis 'en la base del dedo gordo está en línea con los otros, como en los humanos modernos, por lo que para caminar eficaz, pero un pobre agarre.
Una comparación de los huesos de la mano de un gorila juvenil, el Homo habilis de Olduvai, y un ser humano moderno, pone de manifiesto importantes diferencias en la estructura de los dedos y los pulgares. En la fila superior son los dedos, y en la segunda fila son terminales (final) huesos pulgar. Aunque los huesos de terminales de los dedos son más humanas, los huesos de los dedos inferiores son más curvos y de gran alcance. La fila inferior compara longitud pulgar y el ángulo relativo al dedo índice.


 

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